16 de septiembre de 2011

Preocupante resurgimiento del sarampión debido al desinterés internacional

Fuente: Preocupante resurgimiento del sarampión debido al desinterés internacional

La Iniciativa sobre el Sarampión se reúne en Washington los próximos 13 y 14 de septiembre con el fin de avanzar en la lucha por la eliminación de esta enfermedad en el mundo. Sin embargo, las epidemias de sarampión han experimentando un preocupante resurgimiento en los últimos tres años: Médicos Sin Fronteras (MSF) considera urgente la puesta en marcha de un mecanismo de respuesta eficaz, basado en suficientes recursos económicos y técnicos, para frenar estos brotes.
Vacunación de Sarampión en RDC. © Anna Surinyach
"Sabemos a ciencia cierta que se producirán otras epidemias en un futuro próximo”, explica Florence Fermon, coordinadora de MSF en campañas de vacunación. "No hay que esperar a que ocurran para actuar. Necesitamos un sistema efectivo para anticiparnos a futuros brotes y estar preparados de antemano para responder".

Desde 2008, MSF ha respondido a prolongadas epidemias. En 2010, por ejemplo, los equipos de la organización vacunaron a más de 4,5 millones de niños en Yemen, Zimbabue, Chad, Suazilandia, Suráfrica, Malaui y Nigeria. En 2001, 3 millones de niños han sido vacunados en República Democrática del Congo (RDC) y, a pesar de todo, no se ha podido poner freno a la epidemia.

RDC no es una excepción en la tendencia registrada en estos brotes: aunque los datos demostraban la urgente necesidad de actuar, la organización de los actores en el terreno fue demasiado lenta y, en su mayoría, los países donde se produjeron estas epidemias no movilizaron los recursos de que disponían para organizar las campañas de vacunación.

"La lucha contra el sarampión ha dejado de ser una prioridad política, tanto para los Ministerios de Salud de los países afectados como para los financiadores internacionales, que reducen cada vez más sus fondos”, señala Gwenola François, coordinadora de la campaña de vacunación contra el sarampión en RDC. “No es aceptable que organizaciones como MSF tengan que actuar como ‘apagafuegos’ de emergencia por culpa de deficiencias estructurales en los programas de prevención".

Las recurrentes epidemias de sarampión son un síntoma claro de las debilidades de los programas de vacunación, y demuestran el fracaso de las estrategias mundiales de lucha contra esta enfermedad. Son muchos los errores que se han cometido en las actividades de prevención (vacunaciones sistemáticas o campañas de seguimiento): sobrestimaciones de la tasa de cobertura vacunal, rigidez de los programas que impiden la vacunación antes del año de edad, demoras y cancelaciones de algunas campañas de seguimiento, así como fallos en la identificación de áreas de riesgo, son algunos ejemplos de estas debilidades del sistema.

Además, la inadecuación de los sistemas de seguimiento supone que los brotes no pueden detectarse con suficiente rapidez. Las epidemias suelen declararse oficialmente con demasiado retraso y, por lo mismo, el despliegue de una respuesta adecuada no se hace con la suficiente rapidez. En consecuencia, con el paso de los años, cada vez son más los niños en riesgo de contraer el sarampión, y su número llega a ser tan grande que puede desencadenar una epidemia.

Con más brotes al acecho, urge una revisión total de estas políticas, tanto en lo que respecta a la respuesta a epidemias como en lo relativo a los programas de vacunación preventiva, con el fin de alcanzar un nivel óptimo de protección contra futuras crisis en zonas de alto riesgo.

Para estar preparados ante la inminente llegada de nuevas epidemias, estos esfuerzos requieren recursos económicos y técnicos de rápida movilización. El tratamiento del sarampión también debe incorporarse sistemáticamente a las estrategias de salud pública.


Nota: La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya reconoce el impacto de la vacunación contra el sarampión en la mortalidad debida a esta enfermedad en el contexto de una epidemia. La publicación de esta recomendación es el resultado de varios estudios realizados durante cuatro intervenciones de emergencia de Médicos Sin Fronteras en otros tantos brotes epidémicos, que fueron publicados en 2008 por Épicentre, el centro de estudios epidemiológicos de MSF.

12 de septiembre de 2011

Susana Villarán: Solo unidos podemos vencer a la tuberculosis



La alcaldesa de Lima, Susana Villarán, expresó su posición sobre la presencia de tuberculosis (TBC) en la capital. Expresó que se debe frenar el avance del mal en la ciudad, que tiene el 60 por ciento de pacientes con dicho mal en el país
Susana Villarán: Solo unidos podemos vencer a la tuberculosis
“Necesitamos ponerle freno a esta enfermedad que nos ha puesto en el primer lugar de América Latina, es tristísimo que digan que el Perú, que ha crecido tanto económicamente, tenga el mayor número de personas enfermas de tuberculosis”, expresó en marco de la suscripción el pacto ‘Respira Vida, juntos contra la TBC’.
La burgomaestre agregó que la lucha contra la TBC se ha ejecutado en el interior del país, pero no en Lima, por lo que pidió descentralizar el presupuestos de las direcciones de Salud, para ejecutarlo “junto con los gobiernos locales”, pues solo unidos podemos vencer a la tuberculosis”.
Más datos:
En el Agustino se hizo presente el mandatario Ollanta Humala, luego de inaugurar la VI Cumbre de ex Presidentes; así como la primera dama Nadine Heredia; así como varios alcaldes y ministros
El portal Infos.pe hizo una serie de reportajes sobre la TBC en Lima, revíselos aquí. (Con información de TV Perú)

7 de septiembre de 2011

Contando Hasta 5


Cada 4 segundos un niño sobrevive gracias a los cuidados básicos de salud prestados por los trabajadores sanitarios locales. Ayudan a niños en todo el mundo a sobrevivir a amenazas como las complicaciones al nacer, la neumonía, la diarrea, la malaria y la desnutrición. Pero las estimaciones mundiales indican que necesitamos 3.5 millones más de trabajadores sanitarios en los países en desarrollo.
Lamentablemente, un niño muere cada 3 segundos por causas prevenibles y tratables debido a la falta de una atención básica de salud. De los niños menores de 5 años que mueren cada año, casi dos tercios podrían salvarse con intervenciones sencillas y de bajo coste a través de intervenciones de trabajadores sanitarios en sus comunidades.
Existen soluciones probadas y de bajo coste para luchar contra todas estas causas pero resulta obvio que no están siendo desplegadas a la escala que se precisa. Es precisamente la voluntad y la intención lo que más se precisa para lograr que las soluciones se pongan en marcha a todos los niveles. Porque, en esto y en todo, Todos Contamos.
Estás a un paso de ayudar a los niños de todo el mundo sobreviven.
Dónde trabajamos
Save the Children trabaja en más de 120 países, incluida España. Ayudamos a 64 millones de niños y muchos otros que trabajan para salvar y mejorar vidas de los niños, incluidos los padres, miembros de la comunidad, organizaciones locales y agencias gubernamentales.

 








“La crisis humanitaria en Somalia no se debe solamente a la sequía”

Fuente:“La crisis humanitaria en Somalia no se debe solamente a la sequía”

Desde hace 20 años, Somalia es un país en estado de guerra. Hoy, las fuerzas del Gobierno Federal de Transición apoyadas por la Misión de la Unión Africana para Somalia (AMISOM) están luchando contra el grupo armado Al-Shabaab en Mogadiscio y otras partes del país. El acceso para las ONG internacionales sigue siendo difícil e inseguro. Duncan McLean, responsable de proyectos en Somalia, nos amplía esta información.
Somalia, agosto 2011 © Martina Bacigalupo / Le Monde / Agence VU
¿Qué sabemos hoy sobre la situación en Somalia?
Los servicios gubernamentales no funcionan, y los datos que tenemos están demasiado fragmentados para permitirnos hacer un diagnóstico preciso sobre la situación de la población. Los problemas de seguridad y la falta de acceso a muchos lugares no permiten recoger datos. Aunque no hay duda de que la situación es crítica, todavía tenemos una visión muy parcial y limitada a las zonas donde llevamos a cabo nuestras actividades. En Somalia, como en otras zonas de conflicto, no basta con las buenas intenciones: son muchos los obstáculos a la asistencia. Una ONG como MSF no podrá actuar sin negociar con todos los actores locales. La capacidad de acceder y prestar asistencia a las poblaciones depende de ellos. Pero los intereses de la gente son sólo un criterio entre muchos y no siempre prioritarios para las partes en conflicto. Si lo fueran, los somalíes no abandonarían su país en masa. En Etiopía, por ejemplo, en una región como Oromia, afectada también por la sequía, la gente no llega a cruzar las fronteras de su país. Por tanto, la crisis humanitaria en Somalia no se debe solamente a la sequía.

Y sin embargo, todo el mundo habla de la hambruna asociándola a la sequía…
Además de la voz de alarma que varias organizaciones hicieron sonar el año pasado, no es fácil tener pruebas concretas de lo que se denomina hambruna. A finales del año pasado, la sequía había afectado el acceso al agua y a los pozos. Observamos un aumento del número de personas que llegaban a algunos de nuestros proyectos en busca de ayuda. En los dos proyectos que tuvimos que suspender en junio en Somalia por problemas de seguridad, Daynile y Jamame [el primero ya reabierto para responder a la emergencia], los indicadores paradójicamente eran menos sugerentes. No hablaban de la muerte de ganado, por ejemplo. Los signos de crisis se detectaron por primera vez en las fronteras con Etiopía y con Kenia, donde miles de somalíes empezaron a marcharse del sur del país en junio de este año.

¿Por qué se suspendieron las actividades justo antes de esta crisis?
Nuestras actividades de cirugía se asociaban a heridos de guerra, a actividades asociadas a la guerra y controladas por quienes la libran. La suspensión tenía por objetivo aclarar estas cuestiones con nuestros contactos locales antes de que las cosas empeoraran y preservar en la medida de lo posible un espacio neutral e independiente para prestar asistencia. Sólo lo conseguimos en parte: el personal internacional todavía no puede acceder a nuestros proyectos. Decidimos reanudar nuestras actividades de todas formas a finales de julio, ante el grave deterioro de la situación en el país.

¿Cómo están las cosas ahora?
Hemos vuelto a abrir el proyecto en el hospital de Daynile, que ahora incluye un centro nutricional, y esperamos poder reiniciar muy pronto nuestras actividades en Jamame, en el sur. También estamos negociando iniciar nuevas actividades en la zona entorno a Mogadiscio para asistir a los desplazados recién llegados. En los campos que nuestros equipos han podido visitar se han encontrado personas muy débiles, casos de desnutrición y sobre todo un gran número de muertes por diarrea acuosa aguda. Estamos pensando en abrir centros con capacidad de hospitalización de pacientes, iniciar actividades nutricionales (que podrían incluir distribución general de alimentos), vacunaciones de sarampión, etc. Nuestra principal preocupación sigue siendo mejorar el acceso al agua potable, puesto que la falta de agua limpia y de servicios de saneamiento adecuados contribuye a la propagación de enfermedades diarreicas, lo que podría suponer un mayor peligro de muerte para los niños desnutridos. MSF está trabajando duro para ampliar sus operaciones médicas a pesar de los continuos obstáculos.



MSF trabaja de forma continuada en Somalia desde 1991 y actualmente proporciona asistencia médica gratuita en ocho regiones del país. Más de 1.400 trabajadores somalíes, apoyados por otros 100 internacionales en Nairobi, dispensan atención de salud gratuita, cirugía, tratamiento nutricional y ayuda de emergencia a personas desplazadas en nueve emplazamientos del sur y el centro de Somalia.
Para garantizar la independencia y neutralidad de sus actividades, MSF no acepta fondos de ningún gobierno para sus proyectos en Somalia. Todos los programas de MSF en el país se financian con fondos de socios y donantes privados.

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