Estimados lectores, el pasado 19 de octubre la Organización
española Salud por Derecho Right to health foundation, publíco un artículo muy
interesante y detallado sobre Cobertura Universal en Salud, escrito por Trinidad
García y Vanessa López el cual comparto con ustedes.
Fuente: Salud por Derecho.
La Cobertura
Universal de Salud en la agenda internacional
El
objetivo de la Cobertura Universal de Salud no es nuevo; en el año 1978
ya se hablaba de la necesidad de garantizar la atención primaria de salud en la
Declaración de Alma-Ata. Hoy, más de 30 años después, es evidente que la
Declaración se ha quedado en una exposición de intenciones, pues 2.000 millones
de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud. Afortunadamente
algunas agencias internacionales como la OMS y la OIT y algunos países como
Francia o Brasil están dando un renovado impulso a la concepto de Cobertura
Universal de Salud, por lo que nuevamente estamos ante la oportunidad
para establecer un marco político y operativo que empuje a la Comunidad
Internacional a adoptar un mecanismo que garanticen el derecho a la salud a un
nivel global. No hay que dejar de vista que gran parte de lo que se está
jugando en torno a esta temática dependerá de la definición que finalmente se
le dé a la Cobertura Universal de Salud, como también a la voluntad política
que exista por parte de los países para asumir que la salud es un derecho
humano universal.
El
pasado mes de septiembre, en paralelo a la Asamblea General de las
Naciones Unidas, la revista The Lancet lanzó una serie temática dedicada
exclusivamente a la Cobertura Universal de Salud, y en cuyo evento de
lanzamiento en Nueva York Salud por Derecho estuvo presente. Más allá de la
importancia en contenidos de esta publicación especial, con artículos escritos
por personas como David Evans de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el
renombrado economista americano Jeffrey Sachs, la apuesta por lanzar esta serie
evidencia que la Cobertura Universal de Salud es un tema que está ganando
atención en la agenda internacional de desarrollo.
Pese
a la crisis económica, a las profundas desigualdades en salud que existen y a
la escasa cobertura de salud en muchos países, la OMS cree que la Cobertura
Universal de Salud es factible desde un punto de vista económico y que el
factor clave es principalmente que exista un mayor compromiso político entorno
a ello. En el año 2010 el Informe de la Salud Mundial de la OMS justamente
se centró en el camino hacia una Cobertura Universal de Salud y desde entonces
ha estado comunicando la necesidad de este tema que vuelva al centro de la
agenda política del desarrollo. Algunos de los datos más relevantes que ha
expuesto la OMS son que anualmente 100 millones de personas se ven empujadas
hacia la pobreza por tener que hacer frente a los costes en servicios de salud,
como también que actualmente sólo ocho de los 49 países más pobres del mundo
tienen la capacidad económica de financiar servicios básicos de salud con
sus propios recursos domésticos. Para la OMS la Cobertura Universal de Salud
significa que todas las personas tienen que tener algún tipo de servicio de
sanidad básico garantizado y, adicionalmente, deben tener acceso a la salud sin
poner a las personas en riesgo de caer hacia la pobreza por tener que hacer
frente a gastos en salud.
La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) también está jugando un rol
importante en relación a cómo alcanzar una Cobertura Universal de Salud, aunque
la ha introducido como un elemento clave dentro de la protección social. En el
año 2011, la OIT publicó un informe redactado por un grupo consultivo presidido
por Michelle Bachelet bajo el título “Piso de Protección Social para una globalización equitativa
e inclusiva”. El informe desarrolla el concepto de un piso de
Protección Social, definiéndolo como un conjunto de políticas sociales que
garantiza a todas las personas una seguridad de ingresos y al acceso de
servicios sociales esenciales, entre ellos el acceso a la salud.
Más
recientemente, la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas lanzó a
principios de octubre una nota especial encargada a los special
rapporteurs Olivier de Schutter y Magdalena Sepúlveda que justamente versa
sobre la necesidad de asegurar un mínimo protección social y proponen la
creación de un fondo mundial en que todos los países aporten en función de su
renta. El documento establece que la creación de un sistema de protección
social es una realidad factible y que se necesitaría aproximadamente entre el 2
y el 6% del PIB mundial para lograrlo. El fondo mundial que proponen
garantizaría la posibilidad de que los países empobrecidos puedan poseer un
sistema de protección social que actualmente no tendrían la capacidad de
financiar únicamente por sí mismos y, adicionalmente, crearía un sistema que
protegería la amenaza que supone para los países en desarrollo la llegada de
desastres que podrían poner en riesgo la manutención de un sistema como éste.
En
este mismo sentido, Francia es uno de los Estados a nivel europeo que más
activamente respalda un la idea de la protección social universal, en el que
posiciona en un lugar especial el tema de salud. Así lo han dejado claro tanto
en sus posturas dentro del G8 como el G20, tal y como ha explicado su Ministro de Desarrollo Pascal Canfin durante los European
Development Days, celebrado entre el 16 y 17 de octubre en Bruselas
a los que Salud por Derecho también pudo asistir.
Al
margen de todos los informes que se han publicado recientemente en torno a esta
temática, el tema central gira en torno a qué se entiende por Cobertura
Universal de Salud; el abanico de posibilidades es muy amplio y los mecanismos
tanto de indicadores como de medición serán clave. Adicionalmente, la fecha del
cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) está a la vuelta
de la esquina y por ende ya se están discutiendo los temas que estarán
presentes en el marco después de los ODM. Una de las opciones es que se
incluya la Cobertura Universal de Salud como el objetivo principal en materia
de salud. A pesar de que esta posibilidad pueda suponer una gran oportunidad
para el Derecho a la Salud en el mundo al ser un paraguas que aglutine una
visión más integral de la salud, podría a su vez poner en riesgo algunos logros
que han sido posibles gracias a los actuales ODM (como por ejemplo en relación
al VIH Sida y otras enfermedades del objetivo 6), ya que podría diluir la
anteriores compromisos.
Además
de estos interrogantes, para Salud por Derecho, la incorporación del concepto
de Cobertura Universal de Salud en la agenda de la comunidad internacional pasa
indudablemente por la necesidad de hablar de la salud desde un enfoque de
Derechos Humanos. Además, será necesario llegar a un consenso internacional
para lograr un sistema palpable y medible de Cobertura Universal de Salud, sin
caer en el riesgo de que se medicalice el término en exceso y se reduzca
únicamente en una discusión sobre acceso a servicios de salud. Además, Salud
por Derecho cree que para lograr la implementación de sistemas de Cobertura
Universal de Salud en todos los países, sobre todo en los países renta baja
todos los países tendrán que poner de su parte. Aunque la salud sea una tarea
que deba de abordarse a nivel nacional, y conscientes que las recetas
únicas no sirven, se tendrá que avanzar hacia en un marco global de gobernanza
que reconozca las responsabilidades internacionales y en las que todos países
aporten en relación a sus capacidades para asegurar que todas las personas
tengan asegurado el acceso a servicios básicos de salud. Si se mantiene el
concepto actual en que cada país en África o en Asia se las tiene que arreglar
como pueda y que la ayuda internacional, volátil y e insuficiente, se suma a
los recursos doméstico sólo cuando el país donante de turno se siente generoso,
estaremos en el mismo escenario de hace 30 años.
En
este momento las expectativas son altas y esperamos que la oportunidad que se
presenta actualmente no se pierda. Por ahora todas las miradas están centradas
en las Naciones Unidas y la resolución que salga de allí en las próximas
semanas en relación a la Cobertura Universal de Salud. Desde Salud por Derechos
estaremos atentos, ya que creemos que un nuevo consenso internacional en
relación a esto es clave y que indudablemente debe pasar no sólo por un acuerdo
internacional de intenciones, sino que principalmente por una convicción por
parte de todos los estados de posicionar la salud en los más alto de la agenda
y que exista una voluntad política internacional que tenga la capacidad de
crear una responsabilidad compartida y solidaria de manera global para hacer el
derecho a la salud una realidad en todos los países del mundo.
Trinidad
García y Vanessa López
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