30 de marzo de 2012

Vida y Dignidad Desde el Primer Día


Escribe: Richard F. Condori Marcavillaca[1]

 La vida humana prenatal ha sido, y es todavía, uno de los temas más discutidos en el ámbito científico, ético-moral, político y jurídico.  Algunos de los periodos de mayor debate sobre este tema fueron: el producido por las campañas en favor de la legalización del aborto desde los años 70, el producido alrededor del empleo de la fecundación artificial a partir de los años 80, el uso de la llamada “píldora del día siguiente”, o formas de crear vida humana con técnicas alternativas a la fecundación como por ejemplo la clonación; a estos se sumó la posibilidad de utilizar células madre embrionarias con fines terapéuticos.

Estos acontecimientos han determinado un cambio cultural profundo en la percepción de la vida prenatal, distanciándola del concepto de vida humana y dignidad, con el fin de utilizar al embrión humano como un instrumento tecnológico o eliminarlo si no fuera deseado o constituyera un posible “problema” para la madre o la sociedad.

Por otro lado también ha crecido el conocimiento sobre los primeros instantes de la existencia del ser humano, facilitándonos una mayor visión para analizar el tema. A la luz de las ciencias biológicas todos somos resultado de un proceso altamente complejo y armonioso que se inicia en la concepción o fecundación, es innegable que la vida humana comienza en este preciso instante en la etapa embrionaria, siendo el resultado de este proceso un ente biológico con capacidad genética propia y suficiente para iniciar su desarrollo ontológico, es decir autónomo. Este concepto es algo en lo que concuerdan ciencias como la Genética, la Biología Celular y la Embriología.
Esta nueva vida cuenta con características propias, como la novedad biológica, ya que nace alguien totalmente nuevo al fundirse los núcleos de los gametos; ninguna otra información genética será igual, se trata de un ser biológicamente único e irrepetible; éste posee unidad, es un todo compuesto de partes organizadas, cuyo centro organizador (genoma) va haciendo que se den las sucesivas fases de desarrollo en forma ordenada y armónica; este desarrollo es continuo ya que no existe ningún salto cualitativo desde la fecundación hasta la muerte; no puede decirse que en un momento es una cosa y en determinado momento es un ser humano; también cuenta con autonomía ya que la información para dirigir esos procesos viene del embrión mismo; desde el inicio, es el embrión quien pide a la madre lo que necesita, estableciéndose un "diálogo bioquímico". Si nosotros analizáramos el cariotipo de este embrión veríamos que desde el primer momento de su desarrollo pertenece a la especie homo sapiens.
Bajo estos previos tenemos que el hombre, siendo inmutable en su identidad genética, lo es del mismo modo en su esencia humana y en su condición de persona, es así que desde el momento en el que se observa una individualidad biológica humana ya tenemos delante a una persona humana. Esta persona debe ser respetada como persona desde la concepción, no pasa por diferentes etapas donde vale más o menos según su utilidad social o su reconocimiento público. El simple hecho de estar en presencia de un ser humano exige que se respete plenamente su integridad y su dignidad, toda acción que de alguna manera pueda constituir una amenaza u ofensa a sus derechos fundamentales, entre todos el primero, el derecho a la vida, debe considerarse un atentado contra la ética y la moral.
El ser y la dignidad del embrión humano son valores absolutos, de esto brota el respeto pleno de su inviolabilidad y la defensa de su libre expresión, sobre todo, en la vertiente de los derechos humanos; este respeto debe ser mayor en los más indefensos y frágiles como es la persona humana en su niñez, vejez, incapacidad y en sus estadios iniciales (embrión).
Para que una sociedad sea justa debe haber total respeto de la dignidad de la persona humana, reconociéndola como su fin, cuidando su vida y los medios necesarios para vivirla dignamente. Si no podemos defender al ser humano sobre todo en los momentos en que es más vulnerable e indefenso, ¿cómo podrá ser tutelado todo ser humano en otras circunstancias?




[1] Asociación Médicos por la Vida- Arequipa-Perú  Email: richardnando_3@hotmail.com

2 comentarios:

  1. Muy buen post, lo cierto es que la sociedad que no protege a sus individuos, está destinada a la autodestrucción.

    Los invito a mi blog, donde toco temas similares:

    www.epidemiasmodernas.blogspot.com

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